La tecnología permite estudiar de manera fiable múltiples órganos. Los estudios en Medicina Nuclear forman parte de las estrategias diagnósticas y de seguimiento de diversas patologías.
El sistema de salud logra un mejor posicionamiento gracias al avance de la ciencia y la tecnología, sumado a la excelencia del equipo médico para diagnosticar, de forma temprana, enfermedades por medio del diagnóstico por imágenes. Es así que, el cáncer, ciertas afecciones cardíacas, endocrinas, gastrointestinales, traumatológicas, desórdenes neurológicos y nefrológicos, encuentran su diagnóstico y, en algunos casos, tratamiento en la Medicina Nuclear.
La misión de los profesionales es ser guardianes de la salud de los pacientes, siempre atentos y predispuestos a ayudarlos. Por ello, contar con tecnología de punta posibilita brindar una atención de excelencia y calidad y obtener imágenes detalladas para realizar mejores informes médicos. Uno de los aparatos que permiten estudiar los órganos y sistemas del cuerpo de manera más precisa a partir de la captura de imágenes es la Cámara Gamma.
Para obtener este estudio se le suministra al paciente trazadores radiactivos, también conocidos como radiofármacos. Se trata de una sustancia que permite estudiar los procesos biológicos de los órganos y tejidos explorados. Los trazadores radioactivos se suministran, en la mayoría de los casos, por vía endovenosa, aunque también pueden ser por vía oral.
Recientemente, el Servicio de Medicina Nuclear de Sanatorio Allende incorporó nuevas Cámaras Gamma SPECT de última generación. Se trata de una tomografía computarizada por emisión simple de fotones, que permite realizar cortes tomográficos de las distintas partes del cuerpo. Es decir, la cámara gira alrededor del paciente y al rotar de manera completa y en 360°, capta imágenes de varios ángulos. A partir de esta tecnología y del conjunto de proyecciones obtenidas, es posible la reconstrucción tridimensional del objeto de estudio, ofreciendo una ventaja cualitativa y significativa a la hora de diagnosticar numerosas patologías en su etapa temprana.
Si bien, la mayoría de las personas pueden realizarse este estudio, es importante que aquellas mujeres que estén atravesando un embarazo se lo comuniquen al profesional médico, debido a que está contraindicado en estos casos, porque el nivel de radiación que recibe la mujer podría afectar al bebé. Si por alguna razón, la mujer embarazada debe ser sometida a un estudio de Medicina Nuclear, se deberán tomar las precauciones que sean adecuadas e indicadas por el médico. Por otro lado, los niños, ancianos y pacientes con prótesis o marcapasos pueden hacerse este estudio sin problema alguno. En general, el nivel de radiación durante este estudio es similar al que se provee en otros de rutina, como en la Radiografía o Tomografía Computada.
A diferencia de los equipos anteriores, los actuales, emplean un sistema que no produce molestias en el paciente durante el estudio, reduce considerablemente el tiempo del mismo y disminuye en la exposición a la radiación, posicionándolo como un procedimiento menos invasivo.
La duración del estudio varía según el tipo de práctica, pero se estima que el tiempo del examen puede durar desde 20 minutos hasta horas, en un mismo día, o incluso puede ocurrir que se efectúe en varios días, debido a que implican diferentes etapas. Las indicaciones previas al estudio y el tiempo de duración será informado por el profesional médico en cada caso en particular.
Los exámenes realizados a partir del equipamiento, con el que cuenta el Servicio, proporcionan información única y mejoran la calidad de las imágenes, enriqueciendo la capacidad diagnóstica.